Bueno, chicos, chicas. Gente.
La verdad es que con esto me despido de vosotros, y no sin un sentimiento de pesar por no haberos dado un fortísimo abrazo en persona los días que pasasteis por el colegio a recoger y entregar materiales.
Sin embargo, no quiero cerrar mi capítulo de profesor vuestro sin haceros mención de lo orgulloso que estoy de cómo habéis ido creciendo todos como personas, y más habiendo vivido esta gran crisis que nos ha correspondido pasar.
Aún recuerdo cuando os conocí a principios de 5º y erais, en cierto modo, todavía los peques del cole. Yo he visto como os íbais haciendo mayores. Y habéis tenido, como nos pasa a los adultos, vuestros altibajos en vuestro proceso de formación. Pero al final todo ha salido bien, porque sois estupendos.
Durante el curso pasado me tocó jugar el papel de tutor B, ya que la seño Rocío estaba ausente más veces que en nuestra clase. Y eso hizo que os cogiera un cariño enorme a todos.
De todos tengo grandes recuerdos, espero que vosotros los conservéis también.
Simplemente deciros que continuéis esforzándoos, trabajando y creciendo en madurez y responsabilidad.
Vosotros, con ese inestimable apoyo de vuestras familias, os merecéis llegar a ser unos jóvenes adultos maravillosos.
Por supuesto, siempre podréis contar conmigo para lo que necesitéis. Ese correo electrónico que tan bien ha funcionado estos días seguirá abierto siempre para vosotros.
Un fuerte abrazo.
El profe de matemáticas.
